Tratamientos contra el bruxismo
Tratamientos contra el bruxismo
El bruxismo es el hábito de apretar y rechinar los dientes de manera involuntaria y sin ninguna funcionalidad. Se produce generalmente por las noches, mientras se duerme y de forma inconsciente.
Una de las consecuencias de padecer este mal hábito es el desgaste importante que se produce en los dientes y que puede ocasionar incluso fracturas dentales. La persona afectada suele quejarse en un primer momento de dolor en las articulaciones y en los músculos bucales, esto es un indicador de que sufre de bruxismo.
Además del dolor, existen otros síntomas del bruxismo: desgaste dental, movilidad dental, fracturas dentales, ruidos oclusales, trauma oclusal, pulpitis aguda, fatiga muscular, dolor muscular, hipertrofia muscular, dolores articulares y ruidos articulares.
Dolor relacionado con el bruxismo
El dolor es el principal motivo por el que acuden los pacientes al dentista cuando padecen de bruxismo. Suele ser un dolor agudo que afecta a la articulación y a los músculos que influyen en la masticación. El dolor puede extenderse a la cara y el cuello.
El desgaste que sufren los dientes a causa del bruxismo incluye la pérdida del esmalte que, como consecuencia, expone la dentina al medio exterior. La dentina suele ser muy sensible por lo que su exposición causa dolor con el frío, el calor o al cepillar los dientes.
Tratamiento contra el bruxismo
Antes de comenzar cualquier tratamiento dental, es asegurarse que se tiene la boca sana, es decir, sin caries, sin infecciones y con las encías en perfecto estado.
En función a cada paciente, el tratamiento que debe seguirse puede variar pero generalmente, suelen combinarse los siguientes: Tallado selectivo de los dientes, ajuste oclusal, utilización de una férula de descarga, rehabilitación protésica, ortodoncia, fisioterapia (ejercicios musculares), medicación, aplicación de calor, acupuntura, composite para las lesiones de desgaste dental.
Solución para el bruxismo
Lo principal a la hora de solucionar el bruxismo es establecer el diagnóstico. Una vez que se es consciente que se padece la enfermedad, se pueden proponer soluciones de una manera más sencilla. El especialista será el encargado de establecer qué medidas te ayudarán a controlar y reducir el hábito. Y si es posible, su eliminación. Para los casos en los que no se puede eliminar el hábito, será necesario la utilización de una férula de descarga para evitar el desgaste y la rotura de los dientes.
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